Junto al carácter populista y a los ofrecimientos de "un millón de empleos", "bonos" a los sectores de extrema pobreza, "fin de la delincuencia", apoyo a "los emprendedores", el flamante nuevo presidente, que ya se le nombra como "piraña", no en vano, y no es ningún secreto, es considerado como un oportunista y un avaro en los propios círculos empresariales, lo que es bastante decir, sostiene programáticamente la profundización de la privatización de la educación y la salud, de las pocas empresas públicas, dentro de ellas, de CODELCO, ENAP y una mayor flexibilización laboral, e incluso, ha propuesto bajas en el raquítico "sueldo mínimo" a los trabajadores jóvenes, entre los 18 y 24 años.
En política internacional, está claro que se orientará en la búsqueda de alianza con los gobiernos actuales de Colombia, México, Perú, todo de acuerdo al bastón de mando del imperialismo yanqui, bastón al que se sometieron los diferentes gobiernos concertacionistas anteriores; es de destacar que ya ha tenido expresiones contrarias al gobierno de Hugo Chávez, las que fueron oportunamente y claramente contestadas por Chávez.
En lo institucional, el nuevo gobierno continuará, tal como lo hizo la "concertación", sosteniendo la Constitución Política impuesta por Pinochet, en forma fraudulenta y con la bayoneta en el pecho a los pueblos de Chile, Constitución que es una verdadera camisa de fuerza, que amarra todo, de acuerdo a la versión neoliberal del capitalismo.
Piñera y su gobierno muestran una gran debilidad de entrada, del total de los potenciales electores, no tiene mas que un tercio de apoyo, esto se deduce de la sumatoria de los no inscritos en los registros electorales, abstenciones, votos nulos y blancos, por la votación de Freí.
Piñera llama reiteradamente a la "democracia de los acuerdos", a un "gobierno de unidad nacional", renunció a su militancia partidaria en "renovación nacional", está empeñado en nombrar a algunos concertacionistas en cargos públicos, y ya lo ha hecho, ha confirmado al "democratacristiano" Valdés a cargo de la misión chilena en Haití.
De cualquier manera, es importante consignar que una parte de la votación obtenida por Piñera se ubica en un electorado golpeado y amargado por las políticas neoliberales que aplicó por 20 años la "concertación", y que ha creído que así se acercarían al "cambio" que el piñerismo ha prometido, pronto este sector despertará expresando su descontento.
El nuevo escenario político de Chile se desarrollará, en los hechos, con una política y práctica de "frente único" antipiñerista, aquí estarán los concertacionistas, incluidos sus nuevos socios, la dirección del partido "comunista" revisionista, es decir, estarán todos los neoliberales que profitaron del gobierno en contra de la soberanía nacional y de la justicia social durante 20 años, quienes buscarán retomar el gobierno dentro de cuatro años mas, es decir, la "oposición" burguesa y neoliberal, y por otro lado, la oposición popular, revolucionaria, que busca la superación de la dependencia del país, una verdadera nueva independencia, la democracia popular y el socialismo, en la cual, y en forma de eje, se encuentra el Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria), PC(AP). Toda esta nueva situación presenta grandes posibilidades y también serios peligros para los trabajadores, pueblos y revolucionarios en Chile; lo principal es cómo la lucha contra el gobierno y las medidas reaccionarias de Piñera, sirven para avanzar, para acumular fuerzas y dar un paso adelante tras el Chile grande, libre, Democrático Popular y Socialista que reclama la realidad social, y NO apenas para que dentro de cuatros años, volver al gobierno a los concertacionistas, a los que le entregaron la mesa servida a Piñera y sus compinches ¡no se puede permitir que en política se de la "vuelta del perro", es decir, al final más de lo mismo!.
Eduardo Artés
En lo institucional, el nuevo gobierno continuará, tal como lo hizo la "concertación", sosteniendo la Constitución Política impuesta por Pinochet, en forma fraudulenta y con la bayoneta en el pecho a los pueblos de Chile, Constitución que es una verdadera camisa de fuerza, que amarra todo, de acuerdo a la versión neoliberal del capitalismo.
Piñera y su gobierno muestran una gran debilidad de entrada, del total de los potenciales electores, no tiene mas que un tercio de apoyo, esto se deduce de la sumatoria de los no inscritos en los registros electorales, abstenciones, votos nulos y blancos, por la votación de Freí.
Piñera llama reiteradamente a la "democracia de los acuerdos", a un "gobierno de unidad nacional", renunció a su militancia partidaria en "renovación nacional", está empeñado en nombrar a algunos concertacionistas en cargos públicos, y ya lo ha hecho, ha confirmado al "democratacristiano" Valdés a cargo de la misión chilena en Haití.
De cualquier manera, es importante consignar que una parte de la votación obtenida por Piñera se ubica en un electorado golpeado y amargado por las políticas neoliberales que aplicó por 20 años la "concertación", y que ha creído que así se acercarían al "cambio" que el piñerismo ha prometido, pronto este sector despertará expresando su descontento.
El nuevo escenario político de Chile se desarrollará, en los hechos, con una política y práctica de "frente único" antipiñerista, aquí estarán los concertacionistas, incluidos sus nuevos socios, la dirección del partido "comunista" revisionista, es decir, estarán todos los neoliberales que profitaron del gobierno en contra de la soberanía nacional y de la justicia social durante 20 años, quienes buscarán retomar el gobierno dentro de cuatro años mas, es decir, la "oposición" burguesa y neoliberal, y por otro lado, la oposición popular, revolucionaria, que busca la superación de la dependencia del país, una verdadera nueva independencia, la democracia popular y el socialismo, en la cual, y en forma de eje, se encuentra el Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria), PC(AP). Toda esta nueva situación presenta grandes posibilidades y también serios peligros para los trabajadores, pueblos y revolucionarios en Chile; lo principal es cómo la lucha contra el gobierno y las medidas reaccionarias de Piñera, sirven para avanzar, para acumular fuerzas y dar un paso adelante tras el Chile grande, libre, Democrático Popular y Socialista que reclama la realidad social, y NO apenas para que dentro de cuatros años, volver al gobierno a los concertacionistas, a los que le entregaron la mesa servida a Piñera y sus compinches ¡no se puede permitir que en política se de la "vuelta del perro", es decir, al final más de lo mismo!.
Eduardo Artés
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